26 abr 2018



El “Jardín del tarot”, (traducido literalmente), es un parque artístico en Capalbio (Grosseto). Creado en 1979 por la artista franco estadounidense, Niki de Saint Phalle, se trata de un jardín lleno de estatuas inspiradas en las figuras de las cartas del tarot.

Si conoces el Parque Güell, en Barcelona, esta visita te resultará un tanto familiar y es que Niki se inspiró, en parte, en las obras de Gaudí.

Las 22 esculturas, algunas de ellas alcanzan 15 metros de altura, tienen un esqueleto de hierro y acero, construidos entre la artista y su marido, Jean Tinguely, y están cubiertas con trozos de vidrios, espejos, cerámicas... le llevó más de 17 años completar todas las obras y contó con la colaboración de otros grandes artistas contemporáneos, (cuyos nombres no mencionamos porque no los conocíamos, y no nos vamos a tirar el moco haciéndonos las intelectuartes…).

La construcción de todo el conjunto de “Il Giardino” finalizó en 1996 y dos años más tarde, fue abierto abrió al público. De hecho, el 15 de mayo, se cumplirán 20 años de dicha apertura.

Las “cartas” están dispuestas por caminos serpenteantes, al azar, dejando que el visitante se encuentre de repente con ellas y su imaginación vuele. No hay que olvidar que es un jardín, no un parque proyectado como tal, por esos sus caminos parecen parte de un juego para el visitante. No hace falta ser un experto de las cartas del tarot, ya que todas las representaciones pueden reconocerse por el público general.

Quizás las más famosas sean El emperador, La Emperatriz y El Mago, todas muy grandes y con la particularidad de que en La Emperatriz, la escultora decidió crear en su interior una casa en la que vivía mientras trabajaba en el proyecto.

En definitiva, un lugar diferente en la Toscana, divertido y original, hasta en sus horarios… te recomendamos que visites la web antes de ir, para asegurarte que lo encontrarás abierto.




22 abr 2018



Cualquier época del año es perfecta para visitar la Toscana, pero tenemos que reconocer que la primavera es fantástica en esta región. Hoy os recomendamos que os acerquéis hasta Pienza si podéis porque desde el 25 de abril hasta el 1 de mayo tenéis la Fiesta de la Primavera.

Como en toda buena celebración que se precie, en esta Fiesta podréis degustar los productos típicos de la región como pici, panzanella, ribollita con cipollotto, carne alla brace, cacio con baccelli y por supuesto porchetta. Esta fiesta se celebrará a la hora de comer (que son las 12 del medio día) y a la hora de cenar, o sea, a las 7 de la tarde. Si os interesa, pasad por el Giardino dei Lecci y preparaos para disfrutar de la mejor gastronomía toscana.

Primavera floral en la Toscana


Si tenéis la suerte de andar en Pienza para el puente de mayo, os recomendamos que no os perdáis el evento Slowflowers que se celebrará en Monticchiello, a pocos kilómetros del anterior. Vais a poder pasear entre flores pero también asistir a diversos talleres.

La entrada es gratuita pero si queréis asistir a los talleres o a las actividades, lo mejor es que reservéis un puesto directamente en su web. ¡Ya tenéis un plan diferente para vuestro viaje!

21 mar 2018



Un vídeo sobre la Toscana, para que te acabes de enamorar de la región más bonita del mundo mundial.
Disfruta de las imágenes de Pienza, Pitigliano, Bagno Vignoni, Monteriggioni, Abbazia San Galgano, Bagni di San Filippo, Monteroni D’Arbia, Fattoria di Petroio.
Dirigido por Alessandro Di Cristanziano & Tommaso Cassinis
Producido por Headshot Studio


12 mar 2018



Parece mentira que llevemos casi cien entradas en este blog y no hayamos hablado aún de lugares literarios o cinematográficos que encontramos en la Toscana. Enmiendo mi error hablando de uno de esos palazzi que pueblan Florencia, ese gran parque temático del Renacimiento: el Palazzo Capponi.

28 feb 2018




Este precioso borgo conocido también como la Pequeña Jerusalén (por la numerosa población judía que se asentó en la localidad desde el siglo XVI), está situado en la Maremma, en provincia de Grosseto.
Es impresionante observar cómo están construidas las casas, parece que son las flores que emanan de los tallos que son las rocas de toba calcárea, formando una armonía espectacular. La colina guarda numerosos secretos, excavada en su mayor parte porque albergaban tumbas etruscas, aunque en la actualidad se pueden visitar pero otras han pasado a ser bodegas de las casas. Y es que hay un vino bianco muy recomendable en el pueblo, de variedad Trebbiano y Chardonnay, perfecto para sentarse a saborear una copa y contemplar el espectáculo que ofrece la arquitectura de Pitigliano o visitar las bodegas Cantina di Pitigliano y ver in situ la elaboración de estos caldos.
El pueblo es pequeño y se recorre tranquilamente en unas horas, te proponemos este pequeño recorrido para ver lo más importante. Pero como siempre, la mejor opción es perderse e ir descubriendo los callejones y los palacios poco a poco y observar cómo el aprovechamiento del espacio era máximo para construir las casas.
La Piazza Petruccioli donde está la Porta della Cittadella, que da acceso al centro histórico y pocos metros después, siguiendo por Via Cavour te encontrarás con el acueducto, del siglo XVI, construido por los Medici (sí, los de Florencia). A continuación, el Palazzo Orsini, (la familia adinerada que dio un gran esplendor al pueblo en la edad media), en cuyo interior está el Museo Arqueológico Etrusco y el Museo Diocesano de Arte Sacro, con obras de Jacopo della Quercia. El patio y el pozo hexagonal son muy bonitos.
El duomo de San Pietro e Paolo de fachada barroca, está situado en la Piazza San Gregorio VII, tiene una característica muy curiosa: il campanile, que está construido dentro de otro.
Para hacer fotos te recomendamos que vayas a la pasarela que va desde Via Santa Chiara hasta Piazza della Repubblica, donde encontrarás una panorámica espectacular del Pitigliano. Y tienes que ir a diferentes horas para captar las mejores fotos con luz natural y con el pueblo iluminado por la noche.
Como decíamos al principio la presencia judía fue muy importante desde el siglo XVI, pero ésta fue decayendo y los judías acabaron creando un gueto. El barrio judío se encentra en la antigua ciudadela, pasado el túnel de Via Zuccarelli, en el que se puede visitar la sinagoga del siglo XVI y reconstruida en 1995, las estancias para los baños rituales, la cantina, el horno de pan ázimo y el cementerio judío.
Por último, el 19 de marzo, es la fiesta más importante del año, La Torciata di San Giuseppe que consiste en que un grupo de encapuchados recorren el pueblo con antorchas y hasta la Piezza della Repubblica donde queman un muñeco que representa el invierno y con ello dan la bienvenida a la primavera. Así que si no tienes plan para el fin de semana de San José, ¡Pitigliano te espera!


24 feb 2018



Vaya por delante que nosotras no somos expertas enólogas, aunque sí que nos gusta (de vez en cuando y con moderación) acompañar la comida con un vino. Hoy os vengo a hablar de uno de los muchos que son originarios de la Toscana y que para muchos es el mejor de Italia: el brunello di Montalcino.

El origen de este vino (como habréis deducido astutamente) está en el pueblo de Montalcino, al Sur de Florencia. Este vino tinto (en italiano bruno y de ahí el diminutivo brunello) proviene de unas uvas que solamente se cultivan en los alrededores de esta población y es muy apreciado por los amantes de los caldos: las sangiovese.

El brunello di Montalcino en la historia


Hablar de la Toscana es hablar de viñas y se conocen referencias a los vinos de Montalcino desde el siglo XIV aunque no saltó a la fama internacional hasta 1831 cuando el marqués Cosimo Ridolfi lo ensalzó como el mejor de Italia. Ya podéis imaginaros el revuelo que se formó con todos los italianos diciendo que sus vinos eran mejores y con los montalcinenses diciendo que a callar todos y a tomar vino brunello. Yo visualizo la escena totalmente.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando media Europa (y gran parte de América del Norte) había pasado por la Toscana, ya se habían puesto todos de acuerdo en que el brunello era uno de esos vinos que merecían un monumento. Ahora mismo hay unas 200 bodegas que producen este vino y están todas en los alrededores de Montalcino.

El brunello se fabrica con uvas sangiovese, cuyo nombre deriva de la expresión sanguis Jovis (sangre de Júpiter) por lo oscuro que salía el vino de estas uvas. Además, para obtenerlo hay que seguir una serie de pautas como que el caldo debe permanecer un mínimo de dos años en barricas y tiene que tener un 12% de volumen alcohólico.

Desde 1984 al brunello di Montalcino lo acompaña el rosso di Montalcino, que envejece menos tiempo en las barricas, es un poco más claro y permite a los productores recuperar sus inversiones en uva un poco antes al poder darles salida al mercado primero. Ambos son muy buenas opciones para acompañar un buen plato de pasta contundente que podéis pedir en un restaurante toscano.

Imagen vía Decanter

16 feb 2018



San Gimignano es una de las ciudades que no pueden faltar en vuestra visita a la Toscana si tenéis varios días ya que es Patrimonio de la UNESCO ¡y además se ve en un periquete! Hay quien llama a este pueblo "la ciudad de las mil torres" pero no queremos que nos acuséis de publicidad engañosa así que nos quedaremos en "la ciudad de las muchas y muy bonitas torres".

Dicho lo cual, para ver San Gimignano no vais a necesitar más de un par de horas, así que es el plan perfecto si os queda libre una mañana o una tarde en la Toscana y estáis visitando algo cerca. Básicamente vais a visitar dos calles, San Matteo y San Giovanni y unas pocas plazas que parece que estén ancladas en la Edad Media. No en vano, San Gimignano ha sido el escenario de varias películas ambientadas en esa época.

De las 72 torres que había en la ciudad antiguamente hoy solo se conservan 13 y no con la altura original. En la Edad Media, tener una torre alta equivalía a demostrar tu estatus entre la nobleza y había competiciones para ver quién las construía más altas. Del mismo modo, cuando un noble caía en desgracia su torre era descabezada para escarnio público, por lo que era bastante difícil que siguieran en pie después de tantos años.

No te pierdas esto en San Gimignano


Además de dejar pasar el tiempo por sus empinadas calles, no podéis perderos la Piazza della Cisterna, que toma el nombre del pozo que hay en el centro y que es uno de los rincones más fotografiados de la localidad. Esta plaza está cerca de la catedral y está rodeada de edificios muy bonitos.

La Torre del Diavolo es otro de los puntos que tenéis que ver. No se trata de una torre diabólica, sino que le debe su nombre a que el dueño se asombró de la velocidad a la que se construía, pensando que era obra del demonio. Originalmente tenía una pasarela en lo alto pero ahora mismo solo quedan unos maderos.

La catedral de San Gimignano es una de las visitas imperdibles, y la portada data del siglo XII. Una vez dentro es fácil dejarse asombrar por los frescos que la decoran. Si solo podéis ver una cosa dentro que sea la Capilla de Santa Fina, decorada por Ghirlandaio.

Podéis llegar a San Gimignano tanto en coche de alquiler (recordad que no podéis aparcar dentro del pueblo) podéis llegar en bus desde Florencia y desde Siena, pero si vais desde Pisa tendréis que ir en tren a Certaldo y desde allí coger un autobús. Os aseguro que el viaje merece la pena y tardaréis un poco más de una hora.

Imagen de Marco Lazaronni en Flickr
 
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